AMIGOS POR EL DIÁLOGO.
Una vez un empresario millonario tuvo un problema: que la producción de gaseosas había bajado. Pero no el consumo de la gente, sino que los trabajadores estaban vagos. Entonces pidió ayuda a su colega para ver qué hacer con ese problema… Pasaron las horas y les costaba tomar la decisión porque los empleados eran los mismos del comienzo de la fábrica.
Esa fábrica no era cualquiera… tenía pocos años, pero había crecido tanto que tenía un buen nivel económico, es más, el dueño era uno de los mejores empresarios del mundo. Entonces no quiso llegar a una decisión final, pero pensó en ir a la fábrica a ver cómo trabajan los empleados.
Esa fábrica no era cualquiera… tenía pocos años, pero había crecido tanto que tenía un buen nivel económico, es más, el dueño era uno de los mejores empresarios del mundo. Entonces no quiso llegar a una decisión final, pero pensó en ir a la fábrica a ver cómo trabajan los empleados.
Él nunca se imaginó la discusión que iba a tener y con quién sería.
El empresario era muy humilde y muy amigo de los empleados, pero había uno que era el mejor. Se querían, pero Juan (el empleado) era un poco protestón.
Estando en la fábrica vio que todos estaban tristes, trabajaban, algunos con hasta ganas de llorar. Entonces preguntó:
- ¿Por qué están todos tristes?
Y Juan enseguida saltó a decirle enojado:
- Estamos mal porque no nos pagan bien, y ya no podemos mantener nuestras familias.
-Bueno, les prometo que voy a pensarlo y aumentaremos el sueldo ¡urgente!
- ¡eh! ¡Vamos! ¡Gracias!- Respondieron los empleados.
El empresario lo pensó… se acordó de la libreta de gastos. Vio que estaban invirtiendo mucho en las etiquetas de las gaseosas y habían bajado. Lo pensó toda la noche y decidió hacer una etiqueta más simple, y aumentar el sueldo.
Pero él pensó en la forma en que le habló Juan y se puso triste. Entonces decidió hablar en privado con él. Y Juan se arrepintió de todo, porque Juan era de esos hombres que a veces se le va la mano pero él siempre sabe disculparse y darse cuenta de que está haciendo mal las cosas.
Moraleja: "No hay que gritarle a otra persona porque podemos herir y duele mucho… Por eso siempre hay que dialogar y tratar bien a todos, tratando de llegar a un acuerdo".
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VERDADERA AMISTAD.
Jazmín, era una niña, que vivía en un barrio muy precario, era única hija, muy inteligente, buena compañera y le encantaba ir al colegio. Sus padres hacían todo lo posible para que ella pudiera estudiar y tuviera sus útiles en buenas condiciones.
A pesar de que era buena compañera, no tenía muchos amigos.
Un día la profesora vio que en todos los recres Jazmín estaba sola, entonces se acerco a charlar con ella.
-¿Por qué no vas a jugar con tus compañeros?- Le preguntó la profesora.
-Porque no me siento cómoda, ellos tienen útiles muy lindos, casas y autos hermosos, cosa que yo no tengo. Siento que no me van a aceptar.- Dijo Jazmín.
-Bueno, yo voy a hablar con tus compañeros, pero vos prométeme que vas a tratar de acercarte a ellos a conversar- Propuso la profesora.
-¡Bueno, gracias profe!
Cuando entraron al aula, después del recreo, la profesora dio una actividad en grupo y cada uno, debía elegirlo. Jazmín estaba triste pensando que ningún compañero la erigiría, pero no fue así. La llamaban de todos los grupos, ella se puso muy contenta y agradeció a la profesora por ayudarla a integrarse.
Desde ese día Jazmín ya no estaba sola. Se había hecho amiga de todos. Siempre la invitaban a jugar a sus casas e incluso a quedarse a dormir en varias oportunidades. Jazmín aprendió que las amistades no se eligen en base a cosas materiales sino que se elige por la persona.
Lucía Ramallo
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Ser justo
Había una vez un hombre muy rico que tenía una gran empresa .El no era arrogante, el era todo lo contrario, era solidario. Contaba que de niño había sido pobre pero eso no le impidió seguir estudiando. El se esforzó y esforzó para llegar a donde estaba. Era el jefe de la empresa y verificaba que todos hicieran su trabajo, pero nadie lo hacía porque todos eran sus amigos.
Pero una noche el se dio cuenta de que sus amigos ganaban dinero por no hacer nada. Entonces estuvo toda la noche preparando muchas actividades muy difíciles.
Al día siguiente el empresario explico que los primeros veinte hombres que pasaban las actividades se quedaban en la empresa y a los demás los iba a descender a un puesto más bajo y con menos ganancias. A la semana el empresario trajo los resultados y a fin de cuentas los que eran sus amigos tuvieron los resultados más bajos y los que no los eran tuvieron los mas altos. El evito tener amigos en el trabajo y los otros aprendieron a trabajar y se dieron cuenta de que:“El esfuerzo es la principal fuente de trabajo”
M,Hernan Carranza Oyola
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LA AVENTURA DE PANCHO Y SUS AMIGOS.
Un día de verano Pacho decidió ir a buscar a sus amigas para salir a jugar a la plaza al futbol.
Ellos se fueron a jugar y en eso Juan, uno de los amigos dijo:
-No tenemos la pelota.
-¡uuh! cierto vamos a buscarla- dijo Gino.
En eso Riki interrumpió:
-¡Pero nadie tiene pelota!
-Bueno hagamos otra cosa!- Dijo Juan.
Se fueron a buscar a Hernán y a Nicolás. Y en eso, se perdieron. Nadie de los que estaban sabía de ese barrio, entonces siguieron hasta que encontraron un lago con una enorme montaña en el medio. Riki encontró un mapa que tenía un lago con esa montaña en el medio, y una cruz que marcaba un tesoro. Pacho dijo:
-¡Miren una canoa, la terminemos de armar bien y vamos a buscar ese tal tesoro!
-¡Buenísimo!-Dijo Gino.
Empezaron a reformarla y se fueron remando hasta que llegaron a la montaña.
-¡Empecemos el recorrido!-Dijo Juan.
Empezaron el recorrido, ellos iban charlando, contando chistes, cosas de chicos. En eso por allí, cruzaba un río con una enorme cascada que desembocaba en el lago.
-¡Yo no cruzo por ahí!- Dijo Gino.
-Gino no seas tan miedoso- intervino Pancho.
-Bueno Gino, mira cruzo yo y después vos- Dijo Riki.
Riki cruzó.
-Bueno está bien ahí voy- Respondió Gino.
Cruzaron y siguieron su marcha. Caminaron muchísimo-
-Ya está, yo ya no camino más, me parece que es mentira eso del tesoro- Dijo Juan.
-Si, tal vez el tesoro sea el estar juntos y la amistad- Afirmó Gino.
-No ahí está, la cruz marca el lugar- Dijo Pancho.
Ellos abrieron la compuerta y dos feroces monstruos aparecieron.
-¡Vayámonos de aquí!- Gritó Juan.
-Yo no vine aquí, cansándome, para que unos monstruos me devoren- Dijo Pancho.
-Sí, vamos a pelear- Dijo Riki.
Comenzaron a pelear dos contra uno, fue una pelea muy discutida, entonces Riki, Pancho, Gino y Juan los agarraron y uno de los monstruos gritó_
-Paren, paren somos nosotros.
-Nosotros ¿Quiénes?- Preguntaron.
-Suéltennos y verán.
Ellos los soltaron. Los monstruos se sacaron las máscaras y… eran Hernán y Nicolás.
-Nos asustaron muchísimo- Dijo Riki.
-Les queríamos jugar una broma- Dijo Nicolás.
-Bueno, pero no nos hagan más esto- Respondió Pancho.
-¿Tienen pelota?- Preguntó Juan.
-Sí, yo tengo- Respondió Hernán.
Ellos se fueron a jugar y Gino afirmó:
-Tal vez sí sea la amistad el tesoro.
-Sí tal vez sí- Respondió Juan.
Ellos se quedaron toda la tarde jugando y Riki, Juan Pancho y Gino aprendieron una cosa, que nunca hay que ir solos a lugares desconocidos.
Francisco Nicolás Rocha Peralta.
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UNA MADRE Y SUS TRES HIJOS.
Martha era la madre de tres hijos, ella era muy trabajadora y se preocupaba mucho por ellos.
Los chicos ya habían empezado la escuela y siempre le pedían útiles nuevos.
Martha querías comprárselos pero no tenía demasiado dinero y además observaba que a sus hijos no les iba muy bien en el colegio.
Julián, el mayor nunca hacía las tareas y siempre traía malas notas.
Martín, el del medio se preocupaba más por el fútbol que por el colegio.
Y... Bianca la menor siempre se preocupaba por su mamá Martha, ayudaba en las tareas de la casa y le iba muy bien en el colegio.
Martha observó el comportamiento de Bianca y puso todo el esfuerzo del mundo para comprarle los útiles. Pero ella no pudo, porque el dinero solo alcanzaba para las necesidades primarias. Los útiles del año pasado no estaban tan mal, podían durar un año más, pero la mamá quería comprárselos porque se los merecía, aunque se le hacía complicado.
Con el paso de los días Martha ahorró algo de dinero y logró comprárselos.
- ¡Bianca! Tengo unos regalos para vos. -dijo Martha
- ¡Que bueno! A ver... ¡Son los útiles que tanto quería! ¿Pero por qué mami te pusiste en tantos gastos? -dijo Bianca.
-Porque te los mereces y sé que te está yendo muy bien en el colegio, y también siempre me ayudas con las tareas de la casa. -dijo Martha.
-Muchas gracias mami, sabes que te quiero un montón. -dijo Bianca.
Más tarde Martín y Julián le preguntaron a su mamá
-Mami, mami ¿Por qué le compraste los útiles a Bianca y a nosotros no?-dijeron
- Chicos, se los compré a Bianca porque le va muy bien en el colegio y siempre me ayuda. Ustedes en cambio, se preocupan en hacer otras cosas y dejan atrás las cosas del colegio. si ustedes me prometen que van a cambiar el comportamiento, so los voy a comprar. -dijo Martha.
- Sí, mami, te prometemos que vamos a cambiar y no solo para que nos compres los útiles, sino porque te queremos y te queremos ver feliz. -dijeron.
- Gracias chicos, ustedes saben que lo quiero y si cambian voy hacer lo posible para comprárselos. -dijo Martha.
Después de varios meses los chicos cambiaron de actitud y les iba muy bien en el colegio; pero Martha no pudo comprárselos porque ya eran muchos gastos. Ellos comprendieron, y no les importó, fueron y le dieron un enorme abrazo a su mamá.
Ellos aprendieron que: "No es importante recibir cosas a cambio, sino ver feliz a la gente que quieren" Victoria Sastre
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Una compañera y sus amigos
Una compañera y sus amigos
Catalina, Florencia, Camila y Agustina, un grupo de amigas eran muy ricas pero a la vez malas personas.
Se creían las mejores por solo tener lo que deseaban. Pero siempre discriminaban por la ropa o aspecto.
Todo lo arreglaban con dinero o tarjetas que les daban sus padres.
Un día llegó una compañera nueva llamada Victoria. Ella era pobre y vivía en el campo. Todos la recibieron con alegría, menos este grupo de cuatro amigas.
-¿Quién te peinó así? ¡Qué horrible! - Dijo Camila
-Agarraste afuera de tu pocilga un tornado, ¿o me parece? - Se rió Agustina.
Riéndose, le dieron vuelta la cara y siguieron caminando con su mejor postura dejando llorar a Victoria.
Cuando tocó el timbre para volver al aula, Victoria entró llorando y la profesora sin saber qué había ocurrido, preguntó al resto de la clase y nadie respondió.
Las cuatro se miraron y pensaron en lo que le habían dicho, levantándose para hablar muy avergonzadas le dijeron a sus profesoras que ellas expresaron cosas para que Victoria se sintiera ofendida. Muy arrepentidas, le pidieron disculpas y desde ese día se dieron cuenta que EL DINERO NO HACE A LA FELICIDAD y aprendieron a ser mejores personas.
Valentina Carena.
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